LOS SEIS DÍAS DE LA VIEJA, de Aurora de Mier y Terán González

 


Mi madre, cuando nos quitábamos la ropa antes de que fuese prudente, siempre nos contaba esta historia.


En un ocasión, se encontró la vieja con el mes de febrero y le dijo:

—¡Ay Febrerucu Febrero! Ya no te tengo miedu. Porque ya está el salce “ramú”, el cordero “lanú” y el cabrito “cabellú”, y por malo que venga marzo ya no tendré que quemar el escaño.

Y le contesta Febrero.

—Calla, buena vieja, calla; que tres días que tengo y otros tres de mi hermano marzu, todavía te tengo que hacer quemar el escañu.

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