
En un ocasión, se encontró la vieja con el mes de febrero y le dijo:
—¡Ay Febrerucu Febrero! Ya no te tengo miedu. Porque ya está el salce “ramú”, el cordero “lanú” y el cabrito “cabellú”, y por malo que venga marzo ya no tendré que quemar el escaño.
Y le contesta Febrero.
—Calla, buena vieja, calla; que tres días que tengo y otros tres de mi hermano marzu, todavía te tengo que hacer quemar el escañu.
Comentarios
Publicar un comentario